Cuenco de apretón en albino refractario, con vidrio en el fondo y esmaltado en alta temperatura. La dificultad principal al poner vidrio en un cuenco es calcular la cantidad, ya que al igualarse en un fondo curvo es más complicado acertar con la capa que en una bandeja. Hay que imaginarse los trozos de vidrio como hielo que va a derretirse. Para esmaltarlo es preferible que la parte cubierta por el vidrio no lleve esmalte, así que podemos hacerlo por pincel y reservar el culo, o volcarlo y limpiarlo después con una bayeta húmeda. El chorreo del borde rojo se ha conseguido aplicando una capa muy espesa.