Cuenco de negro refractario torneado y cocido en alta temperatura con una mezcla de esmalte transparente y óxido de cobalto. Los barros negros son los más difíciles de esmaltar, por la base más oscura y porque los minerales que los componen producen muchas reacciones con los esmaltes, alterando el color, burbujeando, etcétera. Por ello es muy importante hacer pruebas y medir y apuntar el porcentaje de óxido que añadimos; también es importante recordar que los óxidos naturales oscurecen más en alta temperatura.