
Relieve de dos barros del monumento de Stonehenge. Sobre una plancha de rojo, se colocó una fotografía y se pinchó con alfiler para marcar los contornos de las distintas piedras, que se fueron modelando en mimbre, presionando con cuidado para unirlas bien sin manchar la base. En un relieve es muy importante establecer las distintas alturas, por lo que hay que establecer pronto el elemento más prominente. Una vez bizcochado se esmaltó en transparente a pincel.

